EN LA QUE SE CUENTA CÓMO PREPARAR TÉCNICAS DE LECTURA DIALÓGICA EN EL AULA

 Con el ánimo de ayudar y facilitar al profesorado y al alumnado la lectura en el aula, os queremos pasar desde el equipo de Bibliotecas y CLC una información referente a las llamadas lecturas dialógicas. Es decir, para provocar sistemáticamente el diálogo mientras se lee. Para ello, ahorrando el tiempo a todo el mundo, hemos creado unas fichas que creemos que puede ser de mucha utilidad para el aula. Os las pasamos por aquí en forma de imagen:

La teoría:

Un ejemplo:



Os dejamos el modelo para imprimir y trabajarlo en el aula (es interesante probarnos a nosotros mismos como docentes, pero lo más interesante es que los alumnos hagan sus propias fichas con las lecturas que tengan que hacer o presentar al resto de compañeros y compañeras; también se podría hacer en pequeños grupos, para que el diálogo sea más fluido):


Por cierto, os recordamos que esto de hablar antes, durante y después de la lectura es un invento muy antiguo. Si recordamos EL QUIJOTE (ese libro que todos hemos leído, incluso los políticos), hay un capítulo el anterior a lo que se conoce como EL CURIOSO IMPERTINENTE, en el que el cura, -quemador de libros-, llega a una posada en busca del Quijote. Allí cuenta lo de su locura por culpa de los libros de caballería, etc., sin embargo, el posadero le contradice y añade que eso es mentira. Reconoce abiertamente, en su bar, delante de todos, que él también disfruta con esas lecturas. Y cuenta que en la época de la siega, cuando hay muchos segadores, siempre hay uno que sabe leer y que rodeándose de más de 30 compañeros de fatiga, les lee. Ellos escuchan con tanto gusto, “que nos quitan mil canas”, dice literalmente. Siempre me acuerdo de esa expresión relacionada con la lectura, porque no sé si nos quita cana la lectura, pero en mi caso, me ha quitado muchos pelos, como sabéis. En fin, luego le obligan al cura a leer la novela de EL CURIOSO IMPERTINENTE que dura tres capítulos del quijote, etc. 

Pero la anécdota literaria es para que pensemos que en esa parte de la obra de Cervantes, se lee y se comenta, se lee y se interrumpe; se lee y se hablan de otros temas que se van a los cerros de Úbeda y, sin embargo, todo emana de la lectura dialógica, como se llama ahora a esto que es tan antiguo y tan famoso como nuestro caballero más internacional. Así que si ya lo cuenta el manco, ¿por qué no hacerle caso al menos manco de los escritores?

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