OFRECIENDO PALABRAS A PERSONAS QUE LO NECESITAN POR WHATSAPP

 


A veces, contar una pequeña parte de una experiencia única resulta complicado, y más cuando se forma parte de ella de una manera directa. Pero no podemos dejar de dar cabida en este blog de la campaña que han lanzado las alumnas y alumnos de la materia de Ciudadanía (y otras compañeras de Religión que se han querido apuntar altruistamente, por cierto, convencidas de todo lo que ofrece el proyecto) que llevan a cabo La voz a ti debida.

Aunque ya tenían un servicio de llamadas desde el curso pasado, para ofrecer la lectura a todas aquellas personas que lo necesitaran, este curso, la particularidad era ofrecerla a través del Whatsapp. El usuario o usuaria del servicio hace una petición, y el mecanismo se pone en funcionamiento. Se toma nota de dicha petición (que en los más de 45 mensajes atendidos buscan palabras para superar una ruptura amorosa, para dedicarle a su pareja, para salvar la distancia con la familia, porque se siente sola..., pero también, para una niña que ama los unicornios, o para un niño que le interesa conocer historias de la Antigüedad o que está harto del instituto; incluso, aunque sea terrible, para encontrar consuelo por la ausencia de un ser querido o por un suicidio cercano) y se busca el texto adecuado. Cuando se decide la lectura a enviar, el voluntario o la voluntaria del proyecto, envía un mensaje de voz con la lectura definitiva.

Y a partir de ahí, la magia, el agradecimiento sincero, la confirmación de que un proyecto como la voz a ti debida tiene todos los elementos claves que indican que la educación pública tiene sentido, que  merece la pena el esfuerzo de dedicarle horas por la tarde, incluido sábados y domingos a ayudar a personas deseosas de acompañar su vida y sus circunstancias con palabras leídas desde el corazón y la piel. (Por lo que sabemos, además, las peticiones vienen de muy diversos lugares de nuestro país...).

Por la parte que me toca, como uno de los profesores que realiza este proyecto, todavía me guardo muchas experiencias memorables que, tal vez, cuente algún día. Pero, desde ya, desde estas líneas, quiero mostrar mi más profunda admiración por las alumnas y alumnos que hacen posible una aventura como la que estamos viviendo en estas últimas semanas. Hay vínculos que van más allá de una materia o de una relación fluida entre profesorado y alumnado, y las personas que forman parte activa la voz a ti debida, sinceramente, las llevo  en el corazón, porque es ahí, por donde circulan los recuerdos, como saben mis alumnos y alumnas. Lo que ya hemos vivido (que no será lo último, porque la colaboración con la Cárcel de Morón de la Frontera nos espera) me une a ellos y a ellas de manera personal y solo tengo palabras de agradecimiento y admiración por su actitud, su buen hacer y su compromiso con los demás. 






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