Ya lo dijo Concha Velasco: mamá quiero ser artista.
Yo nunca lo había dicho en voz alta, pero algo me bullía por dentro.
Y llegó la oportunidad de sacarlo en la Semana de las artes, humanidades y emprendimiento.
Desde el departamento de Lengua se propuso la adaptación de una obra de teatro. Mercedes lanzó el título: El sí de las niñas, José Domingo adaptó el texto y se convirtió en actor, así como Gloria, Sara Moreno, Mercedes, Manuel Álvarez, sí, sí, el de física, que nunca dice que no a un escenario e incluso hizo doblete, porque se atreve con todo y una servidora.
Ha sido una experiencia increíble: los ensayos, buscar el vestuario y el atrezo para el escenario, la ayuda de otros compañeros para los efectos de música y efectos especiales, y sobre todo los nervios del estreno. Yo no recordaba ni una palabra del texto antes de salir a escena y me temblaba todo, pero fue pisar el escenario, decir la primera sílaba... Y se produjo la magia. Todo fluyó con naturalidad. Le pusimos mucho empeño, trabajo, dedicación, esfuerzo y muchas ganas. Nosotros nos lo pasamos muy bien. Creo que gustamos bastante porque las críticas fueron muy positivas.
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Y lo mejor de todo, nos han quedado unas ganas enormes de más. Es lo que tiene convertirse en actor o actriz, que ya no se puede parar.
¿Cuál será la próxima actuación? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Ante quién?
No sabemos, el tiempo lo dirá.
Pero una cosa es segura: esto no ha hecho más que empezar.
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